Adolescencia de Netflix es la serie de moda. No deja indiferente a quién la ve, y hace pensar a padres, psicólogos, docentes, fuerzas de seguridad, políticos, sobre qué estamos haciendo en el cuidado de nuestros hijos. El gran valor de la película es ayudar a contemplar el dolor que una generación completa está teniendo en nuestro contexto actual. Un mundo de redes sociales, de ordenadores en los cuartos de los niños, de niños con una alta tensión, desconocedores de tanto mal que sufren y que generan.
Con cuidado de no destripar la trama principal, hay dos frases que golpean a quién ve la película. “Debíamos haberlo parado antes” es la primera. ¿Qué está pasando nos preguntamos? Y al mismo tiempo, tomamos consciencia de que “podemos hacer mucho para cambiar esta lacra”. ¿Hacemos lo suficiente? Una segunda frase nos dice “estábamos tranquilos porque él estaba en su cuarto en casa. Estaba a salvo”. Nos golpea porque ahora ya sabemos que dejar a un niño con un ordenador sólo en su casa, o en su cuarto, es dejarlo desnudo en la calle, a merced de muchísimos peligros, a merced de que él mismo se convierta en un peligro.
Desde hace cinco años, desde DESEMPANTALLADOS venimos denunciando que muchos colegios obligan a los niños a estar desde los ocho años con un ordenador en casa. Igual que en la película, hay mucha gente que por su trabajo, por su formación, no entiende del peligro de esta situación, o si la entiende, no tiene medios para proteger a sus hijos cuando se les obliga a estar con un ordenador en casa supuestamente para estudiar. Las familias al principio pensaban que los niños estaban a salvo. ¡Cuántas veces hemos oído esta frase! y en poco tiempo nos indican las familias, tras confiar en los colegios que decían que no pasaba nada, que se encontraban con “¡que habían perdido a sus hijos”. Hijos que no escuchan, hijos irascibles, hijos que no duermen, hijos que no aprenden, hijos que acosan o que son acosados, hijos que se autolesionan o que lesionan a otros, hijos que desarrollan depresiones e incluso tienden al suicidio, o que finalmente se suicidan.
En la película no hablan del impacto negativo en la educación, en las matemáticas o en el lenguaje, del contexto actual. No se habla de pedagogía. Aunque se observa un entorno educativo muy deteriorado. De lo que se habla es de necesidad de cuidado mental, y de problemas de seguridad. Ahí es dónde estamos reclamando que actúe la sociedad, que actúen los colegios.
¡Debíamos haberlo parado antes! Es una frase que nos golpea y que debíera golpear a tantos responsables políticos que están pasteleando con los colegios y no se atreven a parar el negocio de los ordenadores educativos en las aulas. ¡Debíamos haberlo parado antes! es un aldabonazo en la conciencia de los directores de los colegios que no se atreven a asumir el daño que vienen haciendo desde hace casi una década a toda una generación de niños y adolescentes.
Adolescencia, la serie de Netflix, plantea el dilema en unos padres que ojalá hubieran podido reflexionar conscientemente sobre esto con anterioridad. También nos ayuda a entender que este dilema existe en tantos directores de colegios que no se atreven a dar el paso y a retirar el gran error de un sistema de computación que pone en riesgo a toda una generación, mientras tampoco garantiza la adecuada educación en competencias digitales, y todo por orgullo, o por incapacidad de reconocer el error, o quizá más triste, por un puro cálculo económico. ¡Debíamos haberlo parado antes! Nos hace pensar a las madres y padres que no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando que esto pare. ¿Cuándo les tocará a nuestros hijos e hijas? ¿a sus amigos? ¿a nuestras vecinas?
Con la excusa de la formación en competencias digitales toda una generación, contra la opinión y el deseo en contra de muchas madres y padres, ha sido forzada a tener a sus hijos enganchados a un ordenador no sólo en los colegios, pero también en las casas. Muchas familias que no habían dado un móvil a sus hijos se encuentran con que el colegio les obliga a tener un ordenador para estudiar en su mesita de estudio en casa. Hoy en día esto sigue ocurriendo contra el conocimiento de los expertos sanitarios y de seguridad y protección de datos. No es sólo un problema de pedagogía. Es principalmente un grave problema de seguridad y salud.
Nuestros hijos no están a salvo. Desde DESEMPANTALLADOS lo sabemos, y animamos a que las madres y los padres, los directores de los colegios, los docentes y los políticos que tienen responsabilidad en esta situación tomen pronto una decisión. ¡Aún podemos pararlo en este preciso momento! Es doloroso asumir que nos equivocamos, pero mucho más doloroso es seguir siendo complices de una situación criminal en la salud y seguridad de nuestros hijos. Cada día más, con compromiso humilde, pero decidido para acabar ya con este abuso. Esperamos y peleamos para que pronto en toda España se extienda una legislación que pare para siempre este gran dolor.