“Como es sabido, el confinamiento debido a la COVID-19 aceleró la implantación del Chromebook (ordenador portátil con sistema operativo Google) en la educación navarra. Ya en aquel período de reclusión, esta pretensión de sustituir sin más la docencia directa con la tecnología trajo problemas serios a niños, padres y profesores.
Pero es que, después del confinamiento, la incorporación del dispositivo en la escuela, de modo sistemático, no ha podido suponer mayor destrucción. Por si no fuera ya sangrante el problema actual de adicción a las pantallas, la Administración educativa ha condenado ahora a los niños y a los jóvenes -sin olvidar a los profesores- a pasar prácticamente todo el horario escolar -y parte del extraescolar- ante la luz azul.”